Conocí la vida de Joaquín Romero al encontrar un libro mientras le organizaba un armario a la persona que atiendo. Había muchos libros, pero este me llamó mucho la atención, La victoria de la alegría. Quedé maravillada desde el principio. En un día casi me lo había leído todo.

Realmente la vida de Joaquín es un ejemplo de mucha fe y entrega de amor. Admiro mucho el gesto que tenía a pesar de tanto sufrimiento; ese gesto bonito de ofrecer su dolor por sus amigos, familia, por los que sufrían y hasta personas que conocía subiendo un ascensor, el taxista que le trasladaba a un sitio. Es decir, Joaquín daba ejemplo de fe hasta con personas que no conocía. Y siempre evangelizaba a cada persona que iba encontrando en su camino.

Especialmente para mí es un gran ejemplo a seguir. Admiro la fuerza, actitud, paciencia, amor y fe que vivió su vida de dolores constantes que provocaba la esclerosis.

Unos meses después, el día de sant Jordi, le pedí al señor Antoni Coll, una persona que estimo mucho, que me regalara uno de sus libros y él, muy amable, me regaló El invitado imprevisto. También me gustó mucho. De hecho, este libro es como la primera parte de La victoria de la alegría. Yo siempre que recomiendo a mis conocidos un libro les digo estos dos. En lo personal, cuando me encuentro en una situación no muy buena, intento meditar la vida de Joaquín y ofrecer algunas situaciones a Jesús, para que así como Joaquín santificó su vida con su enfermedad, pues yo también pueda llenarme de su gracia.

Mientras tanto le pido favores, segura de que me ayudará desde el cielo.